miércoles, 7 de agosto de 2013
martes, 29 de marzo de 2011
El rapto de Perséfone
Desde tiempos remotos el ser humano creo mitos y leyendas para explicar lo incomprensible y el renacer de la naturaleza fue uno de los favoritos. Los ciclos regían la vida y la organización de las civilizaciones, y la primavera era considerada un renacer de la tierra, hecho que los antiguos griegos simbolizaron en el mito del rapto de Perséfone.
Cuenta la leyenda que Deméter (hermana o cuarta esposa de Zeus, según diferentes versiones) era la diosa de la agricultura y vivía alejada del Olimpo, entre la naturaleza, y cuidaba mucho a su hija Perséfone. La joven crecía entre las ninfas y otras doncellas, felizmente rodeada de plantas y flores. Un día Perséfone estaba cogiendo narcisos cuando de repente Hades, el dios del Inframundo, emergió de una grieta del suelo y se la llevó con él a las profundidades para hacerla su esposa. Deméter castigó a las ninfas convirtiéndolas en Sirenas por no haber cuidado bien de su hija. Desolada por no poder hallar a su hija, Deméter la buscó por nueve días y nueve noches con una antorcha en cada mano, y por descuidar sus tareas de diosa de la agricultura, la tierra se volvió estéril y marchita. Al décimo día Helios, dios del Sol que todo lo ve, le confesó quién se la había llevado.
Por su parte, Zeus no pudo soportar más ver a la tierra agonizar y obligó a Hades a devolver a Perséfone enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó para que comiese seis granadas, el fruto de los infiernos, convirtiéndola en Reina del Inframundo y obligándola a regresar cada año, un mes por cada granada comida. Otra versión dice que se llegó a un acuerdo: una parte del año Perséfonelo pasaría con su esposo y, la otra parte, con su madre.
Cuando Perséfone regresa con su madre, Démeter muestra su felicidad renovando la tierra, flores y frutos. Mientras que cuando la joven desciende al Hades, la desolación de su madre se demuestra en la tristeza del otoño y el invierno. Así se explicaba el ciclo anual de las estaciones, dando origen también a los misterios eleusinos, uno ritos de iniciación anuales dedicados a estas dos diosas que prometían la inmortalidad en el Inframundo.
sábado, 12 de febrero de 2011
Amor de amigas (By Daii ♥)
Emma y Alexandra llegaban a la sala común luego de un agitado día de clases. La ultima de ellas, hacia tan solo unos pocos minutos, fue Astronomía. Era más de medianoche y ninguna de las dos tenía sueño, así que, viendo como cada uno de sus compañeros subía a su respectiva habitación, ambas decidieron quedarse a charlar allí, frente a la chimenea. Como ellas eran las únicas alumnas que habían sido seleccionadas para Gryffindor apenas llegaron al colegio, no debían compartir la habitación con nadie, así que daba igual ir a su cuarto, o quedarse charlando por ahí.
Sin dudarlo, se sentaron en el sillón mas grande que estaba frente al fuego, una al lado de la otra, y subieron sus pies sobre la mesita ratona para encontrar mas comodidad.
-Que dia pesado, no crees? - comento Emma desperezandose
-Demasiado. Cada semana que pasa, odio más la clase de Historia de la Magia. No puedo creer que sea tan aburrida - contesto Alexandra con la vista fija en el fuego.
-No te note tan aburrida mientras te hacías ojitos con Colin - sonrío Emma y codeo a su amiga
-Mira quien habla - contesto Alexandra - por lo que pude notar, Matt no paro de mandarte mensajitos... a propósito, que decían esos pequeños pergaminos? - indago
-Nada de otro mundo. Decía que me quería ver en privado - sonrío y se sonrojo levemente. Alexandra la miro de reojo durante unos segundos y luego volvió su vista al fuego. Tras un par de minutos, rompió el silencio.
-Ya lo has hecho con Matt? - pregunto casi en un susurro y mirando a su amiga fijamente.
-Si hicimos que? - pregunto mirándola de reojo y sin entender
-Si ya han hecho el amor con Matt - le repitió en voz baja. Emma la miro a los ojos y sonrío.
-Si, ya lo hicimos. Varias veces. Y tu? Lo hiciste con Colin?
-Si, solo una vez pero... creo que el único que la paso bien fue el - dijo mirando hacia un costado. Emma no quiso preguntar, así que se limito a esperar a que su amiga se decidiese a contarle sobre aquella situación. Luego de un nuevo silencio, Alexandra se volvió a su amiga.
-Te puedo preguntar algo? - dijo girando hacia ella pero esquivándole la mirada.
-Si, por supuesto... - contesto Emma
-Que sientes cuando tienes un orgasmo? - le pregunto sonrojándose al extremo. Emma sonrío al ver el nerviosismo de su amiga y la tomo de la mano.
-Se siente como si... es un placer total. El cuerpo se eleva en temperatura... Alex, jamás tuviste uno? - le pregunto mirándola a los ojos. Ella negó con la cabeza.
-Soy una idiota por eso? - le pregunto recostándose sobre las piernas de su amiga. Emma comenzó a acariciarle el cabello dulcemente.
-Claro que no lo eres. Tal vez estabas nerviosa porque era la primera vez que lo hacías... pueden haber ocurrido muchas circunstancias - dijo mirándola a los ojos. Alexandra sonrió y le devolvió a su amiga la mirada, pero inmediatamente, sus labios captaron toda la atención. Jamás se había dado cuenta, pero los labios de su amiga eran bastante carnosos, un dulce manjar que, en aquel momento, estaba deseosa de probar. Incorporándose y sentándose nuevamente erguida en el sillón, comenzó a mirar a Emma sin que ella lo notase. Tenía un cuerpo hermoso. Era delgada, alta, con el cabello color chocolate, y una figura magistral. Su vista se detuvo enseguida en sus pechos. Eran lo bastante grande para hacerse notar, pero lo normal que una muchacha de un poco mas edad que ella solía llevar. Estuvo hipnotizada con ellos por unos segundos, disfrutando de como se movían por debajo del sweater, al ritmo de la respiración de su amiga.
-Estas bien? - le pregunto Emma notándola perdida en sus pensamientos.
-Si... - contesto vagamente, y al momento siguiente, se acerco lo suficiente a su amiga para apoyar sus labios sobre los de ella. Al darse cuenta de lo que había hecho, se alejo y la miro completamente sonrojada.
-Lo siento - se disculpo tapándose la boca con ambas manos, pero en ese instante, Emma reacciono de una forma que ella jamás habría imaginado. Poniéndose de rodillas en el sillón, se acerco a su compañera y suavemente le aparto las manos de los labios para dejarlos a su merced. Lentamente se acerco a ellos y comenzó a besarlos dulce y suavemente. Alexandra se sentía en las nubes. Aquellos labios eran lo que ella imaginaba y encendían un fuego jamás pensado en su cuerpo. Lo que empezó como un suave roce, se fue transformando en algo mas fogoso y Emma comenzó a separar los labios de su amiga, suavemente con la lengua. Entregándose a ella, Alexandra no opuso resistencia y, cuando se dio cuenta, sus lenguas jugueteaban dentro de sus bocas. Por inercia, levanto una de sus manos y la llevo a la espalda de su amiga. Inmediatamente comenzó a acariciarla, mientras sus lenguas seguían entrelazadas.
De un instante a otro, Emma abandono los labios de su amiga y comenzó a besarle el cuello.
-Tienes una piel hermosa - dijo entre besos. Alexandra perdía cada vez más el control de su cuerpo y se entregaba a su amiga. Emma no paro un instante. Con ambas manos le desabrocho la camisa y suavemente le bajo el sostén, para dejar al descubierto unos pechos perfectos. Los pezones de su amiga eran rosados y bastante grandes, y estaban completamente duros debido a la excitación del momento. Emma no dudo un instante y se llevo uno de ellos a la boca. Tras aquella acción, Alexandra dejo escapar un suave gemido y tomo a su amiga de la nuca con una mano, mientras que con la otra intentaba levantarle el sweater para acariciarle la piel. Con cada movimiento de Emma, Alexandra se excitaba aun mas. Mientras su amiga lamia uno de sus pechos, dándole esporádicas mordidas, con la otra mano bajaba acariciándole la cintura y los glúteos. La respiración de Alexandra se agitaba cada vez mas, así que separando a su amiga de ella, la obligo a que se sentase nuevamente en el sillón, y ella se le sentó encima, frente a frente, para volver a enredarla en un desesperado beso de pasión contenida. Rápidamente, le saco el sweater junto con la remera, y con este hecho, quedaron al descubierto los pechos sin sostén de Emma. Sin dejar de besarla, Alexandra comenzó a acariciarlos y apretarlos, notando que los pezones de su amiga estaban igual de duros que los de ella. Suavemente lo tomo con sus dedos, y comenzó a darle pequeños pellizcos, con lo que su amiga lanzo un suave gemido de placer. Abandonando sus labios por un rato y comenzó a rozar los pezones de su amiga con los suyos, lo cual causaba gran placer en ambas. Emma comenzó a bajar ambas manos por la espalda de su amiga, hasta posarse por completo en la redondez de su cola. Aquella era perfecta. La acariciaba por debajo de la pollera, y cuando Alexandra volvió a enredarle la lengua en su boca, se aventuro a introducirle una de sus manos por debajo de la ropa interior. Alexandra no aguantaba más, pero al mismo tiempo, no tenia ni idea con que paso debía seguir así que, se acerco al oído de su amiga.
-Haz de mi a tu antojo – le susurro y mordió el lóbulo de su oreja. Para Emma, aquellas fueron las palabras mágicas. Depositando a Alexandra de espaldas en el sillón, comenzó a jugar con su lengua en el ombligo de su amiga, mientras le acariciaba suavemente la parte de adentro de los muslos. Luego de unos segundos bastantes intensos, despojo a su amiga de lo que le quedaba de ropa y muy suavemente comenzó a estimularla con una de sus manos. Alexandra perdió el ultimo halo de aliento que le quedaba y comenzó a retorcerse del placer. Al notar esto, Emma decidió avanzar un poco mas en sus juegos, así que, separándole un poco las piernas, comenzó a jugar con su lengua en el clítoris de su amiga, mientras introducía en ella dos de sus dedos. Aquello la hacia explotar de placer, así que, sin poder aguantar mas, Alexandra profirió un fuerte gemido y tuvo el primer orgasmo de su vida, inundando a su amiga con la calidez de sus jugos interiores.
Emma se sentía complacida con aquello, así que posicionándose sobre su amiga, volvió a besarle los labios.
-Que tal tu primer orgasmo? – le pregunto entre besos.
-Fue la mejor experiencia de mi vida – contesto ella, completamente decidida a retribuirle aquello a su amiga. Esta vez, la que pensaba ir más allá, era Alexandra.
Sin dudarlo, dio media vuelta para quedar sobre Emma. Mientras le lamia los pechos con una fogosa determinación, bajo una de sus manos hasta la parte mas intima de su amiga, para notar que su ropa interior, estaba completamente mojada por la excitación. Sin hacerla esperar un segundo, corrió su ropa interior y comenzó a estimularla, lo cual provoco pequeños gemidos en Emma mientras también introducía dos de sus dedos en ella. Los gemidos fueron en aumento, al igual que la humedad en el interior de Emma. Alexandra también comenzaba a excitarse nuevamente, así que, completamente segura de cual seria el siguiente paso, le quito a su amiga la ropa interior y, pasando una pierna por encima de ella, y la otra por debajo, coloco su femineidad frente a frente con la de Emma, y comenzó a frotarla contra ella con suavidad. Sus clítoris completamente duros se rozaban, haciendo que el calor de sus cuerpos aumentase como si estuviesen haciendo el amor sobre la chimenea que tenían frente a ellas. Sus jugos, que comenzaban a desparramarse y ser cada vez mas abundante debido a la excitación de ambas, se mezclaban en medio de esa danza de caderas. La fricción era cada vez mas intensa y sus gemidos comenzaban a ser mas constantes y seguidos. Ambas masajeaban sus pechos y retorcían sus pezones para aumentar al máximo la excitación. Sabían que no iban a aguantar demasiado tiempo mas, así que, aumentando sus movimientos al extremo, rozando sus clítoris con fuerza, llegaron juntas al orgasmo, ahogando un gran gemido. Sus calidos jugos interiores las inundaron a ambas como cataratas de placer y allí quedaron, completamente unidas por unos segundos, tratando de recuperar el aliento y recobrar la movilidad luego de aquella placentera sensación.
Cuando ambas se recompusieron, se sentaron nuevamente y comenzaron a vestirse en silencio. En el momento en que ambas estuvieron vestidas con sus respectivas ropas, se miraron a los ojos y volvieron a enredarse en un calido beso. Sonriéndose la una a la otra, se pusieron de pie, y abrazadas, una con la mano en la cola de la otra, prometieron jamás contárselo a sus novios, seguir haciendo el amor con ellos, pero al mismo tiempo, darse esa dosis de amor de amigas todas las noches que les fuese posible.
lunes, 5 de abril de 2010
Beren y Luthien [La mas hermosa y triste historia de amor]
Las hojas eran largas, la hierba era verde,las umbelas de los abetos altas y hermosas,y en el claro se vio una luzde estrellas en la sombra centelleante.Tinuviel bailaba allí,a la música de una flauta invisible,con una luz de estrellas en los cabellos,y en las noches vestiduras brillantes.
Allí llegó Beren desde los Montes fríos,y anduvo extraviado entre las hojas,y donde rodaba el Rio de los Elfos,iba afligido a solas.Espió entre las hojas del abetoy vio maravillado unas flores de orosobre el manto y las mangas de la joven,y el cabello la seguía como una sombra.
El encantamiento le reanimó los piescondenados a errar por las colinas,y se precipitó , vigoroso y rápido,a alcanzar los rayos de la luna.Entre los bosques del país de los Elfosella huyó levemente con pies que bailaban,y lo dejó a solas errando todavíaescuchando en la foresta callada.
Allí escuchó a menudo el sonido volantede los pies tan ligeros como hojas de tiloo la música que fluye bajo tierray gorjea en huecos ocultos.Ahora yacen marchitas las hojas del abeto,y una por una suspirandocaen las hojas de las hayasoscilando en el bosque de invierno.
La siguió siempre,caminando muy lejos;las hojas de los años eran una alfombra espesa,a la luz de la luna y a los rayos de las estrellasque temblaban en los cielos helados.El manto de la joven brillaba a la luz de la lunamientras allá muy lejos en la cimaella bailaba ,llevando alrededor de los piesuna bruma de plata estremecida.
Cuando el invierno hubo pasado, ella volvió,y como una alondra que sube y una lluvia que caey un agua que se funde en burbujassu canto liberó la repentina primavera.El vio brotar las flores de los Elfosa los pies de la joven,y curado otra vez,esperó que ella bailara y cantarasobre los prados de hierbas.
De nuevo ella huyó,pero él vino rápidamente,!Tinúviel!,!Tinúviel!La llamó por su nombre élficoy ella se detuvo entonces,escuchando.Se quedó allí un instante,y la voz de él fue como un encantamiento,y el destino cayó sobre Tinúviely centelleando se abandonó a sus brazos.
Mientras Beren la miraba a los ojosentre las sombras de los cabellosvio brillar allí un espejola luz temblorosa de las estrellas.Tinúviel la belleza élficalo envolvió con una sombra cabelleray brazos de plata resplandeciente.
Larga fue la ruta que les trazó el destinosobre montañas pedregosas,grises y frías,por habitaciones de hierro y puertas sombray florestas nocturnas sin mañana.Los mares que separan se extendieron entre ellos,y sin embargo al fin de nuevo se encontrarony en el bosque cantando sin tristezadesaparecieron hace ya muchos años.
Trancos suspiró e hizo una pausa antes de hablar otra vez.---Esta es una cancion--dijo-- en el estilo que los Elfos llaman ann-thennath ,mas es dificil traducir a la lengua común, y lo que he cantado es apenas un eco muy tosco. La cancion habla de del encuentro de Beren,hijo de Barahir y Luthien Tinúviel.Beren era un hombre mortal,pero Lúthien era hija de Thingol, un rey de los elfos en la Tierra Media,cuando el mundo era joven; y ella era la doncella más hermosa que hubiese existido alguna vez entre todas las niñas de este mundo.Como las estrellas sobre las nieblas de las tierras del norte,así era la belleza de Lúthien, de rostro de luz.En Aquellos días , el Gran Enemigo ( Morgoth, Melkor), de quien Sauron de Mordor no era más que un siervo,residía en Angband en el Norte, y los Elfos del Oeste que venían de la Tierra Media le hicieron una guerra para recobrar los SIlmarils que el había robado, y los padres de los Hombres ayudaron a los Elfos. Pero el enemigo obtuvo la victoria y Barahir murió, y Beren,escapando de grave peligro,franqueó las Montañas del Terror y pasó al reino oculto de Thingol en la floresta de Neldoreth.Allí descubrió a Lúthien, que cantaba y bailaba en un claro junto a Esgalduin, el río encantado; y la llamó Thinúviel, es decir , Ruiseñor en lengua antigua.Muchas penas cayeron sobre ellos desde entonces, y estuvieron mucho tiempo separados.Tinúviel libró a Beren de los calabozos de Sauron, y juntos pasaron por grandes riesgos, y hasta arrebataron el trono al Gran Enemigo, y le sacaron de la corona de hierro uno de los tres Silmarils, la más brillante de todas las joyas, y que fue regalo de bodas para Lúthien, de su padre Thingol. Al fin el Lobo,que vino de las puertas de Angband , mató a Beren que murió en los brazos de Tinúviel.Pero ella eligió la mortalidad , y morir para el mundo,para así poder seguirlo, y aún se canta que se encontraron mas allá de los Mares que Separan, que luego de haber marchado un tiempo vivos otra vez por los bosques verdes, se alejaron juntos, hace muchos años, más allá de los confines de este mundo....
sábado, 27 de marzo de 2010
Piscis ♥ 16/3
Sus vacaciones: Londres: Esta ciudad que mucha veces está cubierta de niebla, lo que la hace un poco triste, es ideal para los Piscis. Con su toque de melancolía y con su gran variedad de grandes almacenes, que a los presumidos Piscis les encantan. Tiene que ir con pareja para disfrutar más. La soledad en esta ciudad no es buena compañía. Lugar donde todo lo típico le va a gustar, y si tiene la cartera fuerte se lo pasará muy bien
jueves, 25 de marzo de 2010
♥ Diana = Daiana ♥
Diana fue originalmente una diosa de la caza, relacionada con los animales y las tierras salvajes. Más tarde pasó a ser una diosa de la luna, suplantando a Luna y siendo también un emblema de la castidad. Los robledos le estaban especialmente consagrados. Era loada en la poesía por su fuerza, gracia atlética, belleza y habilidades en la caza.
En la práctica formaba una trinidad con otras dos deidades romanas: Egeria, la ninfa acuática, su sirviente y ayudante comadrona, y Virbio, el dios de los bosques. La etimología de su nombre es simplemente ‘la Diosa’, siendo pues su paralelo griego en este sentido (aunque no en el culto) Dione en Dódona
Nacida poco antes que su hermano gemelo Apolo en la isla de Ortigia (luego llamada Délos), Diana era hija de Júpiter y Latona. Siendo testigo de los dolores del parto de su madre, concibió tal aversión hacia el matrimonio que pidió y obtuvo de su padre la gracia de guardar perpetua virginidad, como su hermana Minerva. Por esta razón estas dos diosas recibieron del oráculo de Apolo el nombre de «vírgenes blancas».
El propio Júpiter la armó con arco y flechas y la hizo reina de los bosques. Le dio para comitiva de hermosas ninfas que debían hacer votos de castidad. Con esta numerosa comitiva se dedicaba a la caza, su ocupación favorita.
Diana es grave, severa, cruel e incluso vengativa. Prevalece sin piedad contra todos los que ganan su resentimiento: no vacila en destruir sus cosechas, devastar sus manadas, sembrar epidemias a su alrededor, humillarles e incluso matar a sus hijos. Así, exigió el sacrificio de Ifigenia, aunque en el momento clave fue sustituida por un ciervo. A instancias de Latona se unió a Apolo para matar con sus flechas a todos los hijos de la infeliz Níobe, que había presumido de su más numerosa prole. Trata a sus ninfas con el mismo rigor, si olvidan su deber: transformó a Calisto en osa y la expulsó de su cortejo por quedar embarazada.
También fue la perdición del pastor Acteón, que la vio bañándose desnuda junto a sus ninfas, por lo que Diana lo transformó en venado e hizo que sus propios perros de caza le devorasen. Otro día, en un acceso de celos, taladró con sus flechas o hizo fallecer cruelmente a Orión.
Se enamoró, aunque sólo platónicamente, del pastor Endimión, a quien besaba cuando dormía tan suavemente que no se despertaba. Este nieto de Júpiter había logrado del amo del Olimpo el singular favor del sueño eterno. Siempre joven, sin envejecer ni morir, dormía en una gruta del monte Latmos, en Caria.
jueves, 18 de marzo de 2010
Por Amarte Asi - Sonfic by Daii! ♥
"Gritando en el silencio tu nombre en mis labios, solo queda el eco de mi desengaño, sigo aquí en mi sueño de seguirte amando…"
Y a pesar de que se los riesgos que corro al amarte, no puedo dejar de pensar en ti.
Continuamente, tu cuerpo y tu rostro se me dibujan en sueños. En la soledad de mi habitación, me encuentro susurrando tu nombre. Te imagino junto a mi, besándonos, amándonos, pero enseguida vuelve la mañana y me devuelve a la triste realidad en la que no eres mía. El día se me pasa entre clases, reuniones y tu rostro sonriéndome en el Gran Comedor, y al fin la noche vuelve para dejarme imaginarte otra vez a mi lado.
"Será. Será como tu quieras pero así será, si aun tengo que esperarte siete vidas mas, me quedare colgado de este sentimiento"
Pienso y evalúo la posibilidad y la forma de acercarme a ti, pero la cobardía me gana como siempre. Como revelarte mis sentimientos? Y tu, que siempre me estas regalando tus mas amplias sonrisas, tus mas dulces miradas, y cuando nos cruzamos fuera de las clases, te acercas a prestarme por un momento, la suavidad de tus palabras.
Que pasara por tu cabeza? Podrás sentir algo por este tonto licántropo?
Si tan solo pudieras quererme la mitad de lo que yo a ti, su me dieras una esperanza, una oportunidad…juro que jamás me separaría de tu lado.
"Por amarte así, es esa mi fortuna es ese mi castigo, será que tanto amor acaso esta prohibido, y sigo aquí muriendo por estar contigo…"
Debo admitir, que jamás me paso enamorarme de esta forma. Hacia años que no me sentia tan bien, tan renovado, tan esperanzado, como un chiquillo que se enamora por primera vez. Pero también reflotaron en mi los fantasmas del rechazo, de lo que soy, y el miedo a llegar a lastimarte. Pero te amo pequeña, te amo a pesar de todo. A pesar de todas las diferencias y de todo lo que nos separa. Yo sigo esperanzado… mucho más después de la clase de ayer. Entraste y te sentaste en el primer banco. Estabas hermosa, como siempre, con tu luz, con el brillo especial de tu piel y tus ojos. Y morí, Mori de nuevo de ganas de que me dieras aunque sea un indicio de tus sentimientos.
"Por amarte así, a un paso de tu boca y sin poder besarla, tan cerca de tu piel y sin poder tocarla, ardiendo de deseos con cada mirada…por amarte así"
La clase paso tranquila, hasta que un debate se entablo en la clase, y reaccionaste de una forma que jamás en mi vida podría llegar a imaginar… Un Ravenclaw hizo una broma con respecto a los hombre-lobo. Yo la deje pasar como si nada, pero tu…
Te paraste y le respondiste gritando:
-Tu que sabes idiota! Los hombre-lobo también son personas, y tienen sentimientos. Tu eres el que debería terminar con tu vida…
Todos quedaron en silencio, y yo, totalmente perplejo con tus palabras. Muy a mi pesar, tuve que dejarte castigada después de hora.
Aun con lágrimas en los ojos, te sentaste frente a mi, y el corazón se me acelero el triple de lo normal.
Mis pensamientos volaban. No había mejor oportunidad para contarte acerca de mis sentimientos, pero no podía hacerlo. Todo de ti me volvía loco y deseaba demostrártelo lo antes posible.
Nuestras miradas se cruzaban muy seguido, y pude notar algo de nerviosismo en tus ojos.
De la nada, tomaste mi mano, y una extraña sensación me recorrió el cuerpo.
-Perdóneme Profesor Lupin. Se que no debí…
-Descuida Cassandra. Me gusta que sigas tus ideales, pero procura, la próxima vez, no decirle a alguno de tus compañeros, que merece la muerte…
-Pero es que yo…usted no entiende-dijiste poniéndote de pie.
-Cassandra…acaso alguien cercano a ti, es un licántropo?-te pregunte, pero solo me diste la espalda y guardaste silencio. Al no obtener respuesta, me puse de pie y camine hacia ti.
-Yo solo pensé… que tal vez podría molestarle la broma de Thomas.
Luego de aquella respuesta, quede totalmente pálido, sin poder contestarte. Te diste vuelta y me tomaste de las manos.
-Yo…yo lo amo Profesor…-me confesaste llorando. Lo único que pude hacer luego de tus palabras, fue enfrentar mi cobardía y, tomándote de las mejillas, te enrede en un pasional beso. La sangre me volvió al cuerpo, e hirvió como nunca.
Luego de unos minutos de regalarme tus más suaves caricias, te alejaste de mí.
-No, no debemos, esta mal…-decías mientras te alejabas de mi-me echaran del colegio y a ti te despedirán…no quiero causarte mas dolor. Yo solo…seguiré amándote en silencio-dijiste y te marchaste del salón, totalmente inundada en lagrimas, dejándome solo, con el dulce sabor de tu labios en los míos.
"Y así voy caminando en esta cuerda floja, por ir tras de tu huella convertida en sombra, presa del amor que me negaste un día…"
Que debía hacer? Encerrarme a llorar como un niño o luchar por nuestro amor? Ahora que sabia que era correspondido, tenia un nuevo motivo para sonreír, aunque tu negativa me devolvía a las tinieblas. Esa noche en el gran comedor, no pude ingerir bocado. Solo podía mirarte, y notar como tu alegría normal se había apagado. Te notaba triste, totalmente perdida en tus sentimientos. Realmente no me importaba lo que me ocurriese a mi, si tu estabas a mi lado, pero seguía preguntándome que debía hacer con todo el amor que sentía por ti. Cuando volví a verte, me di cuenta que no estabas en la mesa, sino que estabas retirándote, completamente sola.
"Contando los segundos que pasan por verte, haciéndote culpable de mi propia suerte, sueño hasta despierto con hacerte mía…"
Saliendo por una puerta alterna, te seguí. Caminabas casi por inercia por los pasillos, con la mirada perdida en la nada. La felicidad continua que te caracterizaba, esa de la cual me enamore perdidamente se había ido, y todo por mi culpa. Por ser un entupido, por no haberte retenido en el momento justo. Con la única idea de enmendar el error que cometí en ese momento, corrí tras de ti, y te abrace por detrás.
-Déjeme profesor-me dijiste, y pude notar que lagrimas brotaban de tus ojos
-No Cass, no te dejare…yo también te amo, y mi mas grande deseo, es que estemos juntos, siempre.
-No juegue conmigo… yo realmente lo amo, con todas mis fuerzas, como nunca ame a nadie-contestaste volteando a verme.
-No lo hago… me gustas desde el primer momento en que te vi, y el saber que tu sientes algo por mi…Cass, no me importa si me echan, no me importa si me meten en algún calabozo, no me importa nada…solo me importa tenerte conmigo, poder besarte, acariciarte…sentirte mía.
Sin decirme nada, me abrazaste muy fuertemente por el cuello y me susurraste algo al oído. Tomándome de las mejillas, besaste mis labios y te marchaste, con una enorme sonrisa en los labios.
En este momento, estoy esperándote en mi despacho, imaginando las cosas que hare en unos minutos con tu cuerpo, imaginando la forma en que voy a besarlo, acariciarlo, poseerlo al fin. Acabas de asomarte por la puerta, y las pulsaciones ya comenzaron a acelerárseme. Quien sabe que nos depare el destino luego de esta noche que tu misma me ofreciste pasar. Lo único que espero, es que el resto de las mañanas que le queden a mi vida, pueda despertar a tu lado.